sábado, 7 de noviembre de 2009

Empaques “inteligentes” y “activos”

Estos sistemas de empacado se distinguen por proporcionar información del estado y afectación del producto, generando un registro o historia activa del mismo para determinar su calidad. Existen indicadores de humedad o incluso chips que transmiten datos de la manipulación del empaque a sistemas de logística. Los indicadores de Tiempo Temperatura (TTI), son uno de los más apetecidos, sobre todo porque muchos de los productos en stock, después de expirada la fecha de vencimiento, son considerados como perjudiciales cuando no lo son. Se supone que todos los productos en un lugar de almacenamiento han sido sometidos a las mismas condiciones de humedad y temperatura, pero no siempre es así. El historial térmico que arroja este tipo de adelantos en empaques, puede hacer que las condiciones de cada producto sean verificadas para garantizarle un mejor producto al consumidor, y realizar ajustes de inventario beneficiosos para el proveedor y productor.

Imagina que abres el refrigerador y observas el envase de la leche del que en la mañana te tomaste un vaso de rica leche, pero ahora aparece en color rojo una leyenda que por la mañana no estaba y dice “PRODUCTO NO APTO PARA SU CONSUMO” o una “X” roja que abarca todo el envase como una medida de alerta de NO consumo.

Extender la vida útil de un producto en anaquel, alertar cuando éste se abre, detectar bacterias o cambiar de color según la temperatura, consumir menos energía, ser biodegradables y reciclables son algunas de las características de los empaques “inteligentes” y “activos”, los cuales se han convertido en alternativas de uso, por ejemplo en las industrias alimentaria y farmacéutica.
Aunque estos envases pueden ofrecen al consumidor comodidad, calidad y seguridad, su uso aún no se ha extendido masivamente, sin embargo, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE), estos ocuparán los primeros lugares de las tiendas en corto plazo, debido al desarrollo de tecnologías como las etiquetas de información por radio frecuencia (radio frequency identification, RFID por sus siglas en inglés).

En México la industria del envase y embalaje se valora en 490 mdd y crece a un ritmo de 2.7% al año. El vidrio es el material más utilizado al representar 33% de mercado, seguido del papel (26%), plástico (16%), madera (14%) y metal (11%). Del total producido, el 50% se usa en alimentos, el 25% en bebidas y el restante 25% está repartido entre otros sectores.


Estas cifras señalan a la industria alimentaria como la principal consumidora, por lo que el uso de los envases “inteligentes” y “activos” se centra en la necesidad de protección y conservación del alimento tanto de daños mecánicos durante su manipulación como del deterioro debido a los diferentes ambientes por los que pasa el envase durante su distribución y almacenamiento, además de proporcionar información del producto.
Si bien actualmente el uso de este tipo de envases dentro de la industria alimentaria en México no rebasa el 30%, se espera un incremento anual durante los próximos años de alrededor de 10%.
En la actualidad, las tendencias de los usos de los envases responden a las condiciones de conservación y características de los alimentos, incluso, ya los hay con voz y sonido.


Una de las industrias que ha avanzado a pasos impresionantes es la industria farmacéutica, ya que con el uso de este tipo de envases se ha vuelto una constante para regular aspectos como la temperatura, la cual debido a los cambios puede resultar dañina para algunos productos. En este sentido, algunos materiales con cambio de fase (Phase change materials, PCM por sus siglas en inglés) son utilizados como estabilizadores que cambian de fase para absorber temperaturas extremas.
De igual manera, el uso de tintas sensibles a la temperatura en etiquetas o en superficies primarias del empaque puede proveer confirmación visual de que la integridad del producto no ha sido alterada. Estas tintas cambian de color, se hacen visibles o invisibles cuando ha ocurrido un cambio en la temperatura que pueda dañar al producto.
Por otro lado, hay una división de envases con cualidades destacadas: Los "retornables", son recipientes resistentes laminados con tres o cuatro películas de materiales como poliéster, nylon, polipropileno y aluminio, que permiten conservar los alimentos por un periodo similar a los enlatados, estas condiciones los ubican dentro del rubro de “activos”, ejemplos de estos envases son los productos de leche ultra pasteurizada así como también algunos jugos o bebidas refrescantes, también los de las salsas, frijoles, tamales, sopas preparadas, atún, vegetales y arroz.

El Centro Nacional de Metrología (CENAM) señala dentro de su informe “Perspectivas y Retos del Sector Alimentario en México” que, en el período de 2005 a 2010, habrá un incremento de la industria alimentaria en la utilización de tecnologías de conservación de alimentos como “envases activos” o “inteligentes” para usarlos en combinación con atmósfera modificada.
Así que dentro de pocos años tendrás la oportunidad de convivir con estos envases, los cuales al leer esta información parecen de otro planeta, pero ya existen, por lo que te recomiendo que te vayas preparando.
Los empaques activos, es decir, que interactúan directamente con el producto y su entorno para mejorar su calidad o seguridad; también están los empaques inteligentes, que permiten controlar la seguridad y calidad de los alimentos, monitorean las condiciones en las que se encuentran, registran y dan información sobre su calidad o el estado del envase. También se encuentran los productos acompañados de empaques atractivos, cómodos, biodegradables, con nuevos materiales, ergonómicos, didácticos, resistentes, con etiquetas sugestivas, de varias dimensiones, etiquetas que interactúan con el contenido.

En Colombia ha aumentado significativamente la oferta de muchos de los productos mencionados anteriormente, tanto por multinacionales, como por empresas nacionales y regionales. Sin embargo existen algunas categorías que están aun por explorar, lo que puede significar una oportunidad para las empresas de Medellín. De la misma forma el identificar la demanda insatisfecha en diferentes lugares del mundo puede representar oportunidades de negocio, como lo es la necesidad que existe en China de importar alimentos ricos en proteínas y orgánicos, dada la escasez de suelo cultivable en dicho país para obtener este tipo de alimentos.

Es importante tener en cuenta que para acceder a estos mercados, las empresas del sector alimentos deben continuar fortaleciéndose, a partir de la definición y aplicación de estrategias que integren buenas prácticas, logística, innovación, desarrollo tecnológico y estrategias de asociación.

Al consumidor, el trato con el producto le resultará más sencillo y más cómodo que hasta ahora, pues ya no tendrá que ocuparse de nada en cuanto a la conservación y a la elaboración de los alimentos. Mejores oportunidades comerciales se vislumbran ante todo en relación con aquellos consumidores que tienen las facultades visuales disminuidas. Por eso, los códigos de barras nuevos contendrán información de seguridad. También es probable que se incluya información de interés para alérgicos y datos relativos al período de conservación a diversas temperaturas o a posibles acciones pretéritas de retirada de productos por el fabricante.

Desde luego, el desarrollo se encuentra todavía en la fase inicial, pero los ingenieros se muestran entusiasmados de las posibilidades que ofrecen los envases inteligentes y asimismo las empresas envasadoras ya han demostrado un vivo interés por el asunto. Los consumidores partidarios de la comodidad impulsarán en todo el mundo la demanda de productos alimenticios contenidos en envases de esta índole.

Fuentes:

[1.] http://www.uthh.edu.mx/?op=Tm90aWNpYXM9Mjk2
[2.]http://www.revistaialimentos.com.co/ediciones/edicion-7/especial-de-empaques/hacia-donde-tienden-los-empaques.htm

[3.] http://www.elizondo-family.net/default.asp?Display=73

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